Por: Margarita Belmontes
El Día del Migrante Diocesano es ocasión para agradecer a nuestro Dios, a través de la Santísima Virgen de Guadalupe, Patrona de México, todos los beneficios que la migración ha traído a las familias en nuestra Diócesis.
El domingo 17 de diciembre, la Dimensión de la Pastoral de la Movilidad Humana, como cada año, dio gracias a Dios por los Migrantes Binacionales, que son nuestros familiares, amigos y conocidos. Años atrás, por circunstancias diversas, se vieron obligados a buscar mejores oportunidades. Muchos decidieron ir hacia los Estados Unidos y aventurarse en ese camino que llamamos migración. Una decisión que en su momento fue dolorosas y que fracturó familias, separándolas por años, hasta que se dio la oportunidad de tener los documentos que les hizo, primero, residentes permanentes, y después, ciudadanos.
Quien sino los migrantes saben cuánto desgaste supone conseguir tan ansiado estatus migratorio para ellos y sus familias, para volver a reunirse; y éste es sólo un aspecto de los muchos que implica la migración. Otro no menos importante es el económico, del que, como fruto de la migración, muchas familias y comunidades han recibido progreso, al recibir las remesas, uno de los rubros más importante para nuestro país. Por mencionar una estadística, en el periodo enero–agosto del 2023, el valor acumulado de los ingresos por remesas se ubicó en 41 mil 459 millones de dólares, cifra mayor a la de 37 mil 941 millones de dólares observada en igual lapso del 2022, lo que significa un crecimiento anual de 9.3 por ciento. Cómo no dar gracias por tanto esfuerzo y trabajo. También, por las alegrías, los logros y los éxitos, y poner en sus manos los anhelos y sueños, planes y proyectos.
Gracias, queridos hermanos migrantes que han logrado vivir en un país adoptado, sin olvidar sus raíces, y su gente. Gracias por su gran aporte económico a la patria y a sus familias. Gracias a nuestro señor Obispo Auxiliar, Mons. Francisco Figueroa Cervantes, por su presencia en esta celebración, Dios siga bendiciendo su ministerio episcopal entre nosotros. Gracias a nuestro Obispo Titular. Mons. Javier Navarro Rodríguez. Gracias. P- Raúl Ventura Navarro, Rector del hermoso santuario, símbolo de la Mexicanidad y Fe Católica. Gracias a la Comisión Diocesana de la Pastoral de Movilidad Humana: Sr. Jesús Soria Ramos, Arely Saraí Sierra Castro, Paul Arévalo, Rosy Ramírez Sánchez, y Tony Ávalos Calderón Dios premie su esfuerzo, y por supuesto, agradezco la participación de cada uno de ustedes, Gracias por haber atendido la invitación que cada año les hacemos, para agradecer juntos, a los pies de la Morenita del Tepeyac, los esfuerzos, alegrías y penas, en los Estados Unidos, Canadá, y otros países.
Esta celebración diocesana es para que siempre se sientan fortalecidos desde la oración, sepan que cada día 27 oramos por ustedes… y no olviden que el 27 de diciembre es el Día Diocesano del Migrante, y que les invitamos a celebrarlo en sus parroquias. Este año, nos ha propuesto el Papa como lema: “Libres de elegir si migrar o quedarse”.
No me resta sino desearles feliz estancia entre nosotros. Salud, alegría, perdón y paz. Que el año 2024 sea venturoso. Recuerden: “En la Migración, también, somos familia”. Bendiciones para todos.
0 comentarios