Anhanhaskakwa

por | Sep 25, 2023 | Artículos

Por: Pbro. Francisco Martínez

A los defensores de un régimen, sobre todo si forman parte de la clase gobernante, les encanta calificarlo como democrático, para así justificarse. Término universalmente utilizado, así diste de tener un significado unívoco. Filosóficamente, democracia es un cuerpo doctrinal en el que el hombre, por ser persona, participa en la vida política, aunque en los hechos sólo sea una utopía.

¿Por qué? Porque en un sistema democrático, el pueblo puede manifestarse y hasta ser representado, pero casi nunca o nunca toma las decisiones políticas. En ese sentido, habría que calificar de onírica definición de Abraham Lincoln: “Gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo”. Mas… ¿dónde? ¿cuándo? ¿cómo? No por otra cosa, quizá, Karl Marx la acusa de inoperante: “Una democracia liberal puede que sea formal, mas no real”.

Poniendo los pies en la tierra, quienes tienen en sus manos las riendas del poder se escudan en ese término, así lo que practiquen en realidad, no es otra cosa que la partidocracia: “Forma de estado en la que las oligarquías partidistas asumen la soberanía efectiva”. O también la poliarquía: “Sistema en el que un grupito es el que gobierna, en tanto la sociedad debe contentarse con participar en las elecciones que aquél le organice”.

Lo que remite a nuestro México actual, donde rige el predominio de un partido de Estado, en el que el monarca sexenal en turno anda buscando subordinar a cuanta institución se le ocurre, incluyendo a los poderes legislativo y judicial. De ahí que la entrega del bastón de mando que éste le hiciera a la que anunció como su sucesora, no fue sino una desfachatez irreverente. Y un pirataje a los pueblos originarios.

Porque anhanhaskakwa = ‘bastón de mando’, remite a marhoaspekwa = ‘servicio circular de carácter gratuito’. Ajeno a cualquier sistema piramidal, como lo son el democrático, el oligárquico y la poliarquía. Emblema que no se puede transferir de persona a persona, sino que sólo lo descubre la comunidad en uno de sus miembros, cuando éste ha consagrado toda una vida a su servicio. Anhanhaskakwa que no le da el puesto de mandamás, sino que lo distingue como kaxumbiti = ‘honorable’. Y párenle de contar.

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