Por: Arnold Jiménez
El calendario litúrgico es un camino pedagógico. Nos va llevando de la mano para que, a través del tiempo, descubramos las riquezas del misterio de la salvación y nos abramos a sus gracias. Cada uno de los tiempos litúrgicos son una gran oportunidad para adentrarnos en acontecimientos concretos y centrales de nuestra fe y perfeccionemos nuestro caminar cristiano. La Cuaresma es precisamente uno de los tiempos litúrgicos “fuertes” porque nos prepara para celebrar y conmemorar el acontecimiento central de nuestra fe, la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Estos tiempos litúrgicos y estos procesos de conversión son ideales para vivirlos en familia y como familia. Veamos algunas ideas sencillas que pueden realizarse durante este tiempo particular de Cuaresma:
– Catequesis familiar: La familia es la primera evangelizadora y el hogar es escuela de evangelización. Los padres de familia deben ayudar a sus hijos a conocer, valorar y profundizar el tiempo litúrgico de la Cuaresma. Si bien es cierto que esto implica un mínimo de preparación, hay también una infinidad de recursos en la web que pueden ayudarnos al respecto. No importa la edad de los hijos, pequeños, jóvenes o adultos, nunca es tarde e inoportuno reflexionar con ellos sobre los misterios de nuestra fe. Procuremos que sea con un lenguaje sencillo, asequible y fácil de retener
– Mural de Cuaresma: Es un gran recurso para nuestros hijos pequeños o jóvenes. En alguna pizarra o sobre una pared, se hace una especie de mural cuyo título principal es justamente la Cuaresma. En él se colocan frases alusivas al tiempo litúrgico, trabajos que hayan realizado los niños al respecto, ilustraciones. Algunas familias integran ahí un cuaresmario, los propósitos cuaresmales de cada uno de los miembros de la familia y algunos hasta incluyen un registro diario con el que dan fe sí se han cumplido o no. Debe estar en un lugar visible, central, que motive durante los cuarenta días la vivencia profunda de estos días.
– Sacrificios y mortificación: Es propio de los tiempos cuaresmales el sacrificio, porque nos unen a los sufrimientos que padeció Jesucristo por nuestra salvación. Cada miembro de la familia debe hacer un sacrificio y, de preferencia, colocarlo en algún lugar visible. Es este tiempo idóneo para el sacrificio, la mortificación y el ayuno. No creamos esos discursos baratos que afirman que “ayunar no sirve de nada, que lo que se nos pide es el ayuno de la crítica a los demás” … que no hagamos sacrificios, “que eso no tiene sentido porque es mejor, respetar a los otros”. Sí, ayunemos de criticar, pero el ejercicio del ayuno es de enorme provecho espiritual; sí, no critiquemos a los demás, pero los sacrificios y las mortificaciones moldean nuestro espíritu y fortalecen nuestro carácter. En la historia de la espiritualidad cristiana, el ayuno y el sacrificio son la base para una vida de santidad.
– Oración: La oración se debe intensificar en el tiempo de Cuaresma. Si hemos olvidado el rezo diario del Santo Rosario es el momento de retomar esta hermosa devoción. Lo ideal es la comunión diaria y la asistencia a la Eucaristía. No hay forma ni camino más idóneo para vivir los misterios centrales de nuestra fe, que, al pie del altar, alimentándonos de la Palabra y del Pan eucarístico. Que mejor si lo podemos hacer en familia y lo hacemos con alegría, conscientes de que estamos viviendo este camino hacia la Pascua, conscientes de que vamos al encuentro de Cristo Resucitado.
– Los recursos tecnológicos. Hoy, la tecnología nos permite llegar a muchos recursos que ayudan a una vivencia mejor de la Cuaresma. Hay cientos de recursos para niños: Dibujos imprimibles para colorear, trabajos que pueden ser impresos, películas, mini historias, cantos, oraciones, reflexiones, en fin, un mundo inimaginable de recursos al alcance de nuestras manos.
Tiempo de Cuaresma, tiempo de gracia, tiempo de vivir la fe con mayor intensidad y en familia.
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