Por: José Francisco Amezcua
Desde el 16 de julio pasado, la ciudad de Sahuayo ha estado inmersa en sus tradicionales fiestas patronales en honor a Santiago Apóstol, uno de los discípulos más cercanos a Jesús y el primero en recibir la corona del martirio.
La devoción a Santiago Apóstol en Sahuayo tiene sus raíces en una leyenda que cuenta cómo la imagen del santo llegó a la ciudad. Según la historia, visitantes extranjeros dejaron un cargamento, con una familia local, en el barrio del Pedregal. Al abrirlo, encontraron una imagen de Santiago Apóstol a caballo, lo que rápidamente fomentó la devoción en la región. La imagen fue trasladada a la Capilla del Hospital, hoy conocida como de Lourdes, y el Obispo de Michoacán, Fr. Francisco de Rivera y Pareja, renombró a la población como Santiago Tzaguaio. En el siglo XVIII, se erigió la Parroquia de Sahuayo, dedicada a Santiago Apóstol, consolidando la popularidad de la fiesta en su honor.
Existen otras versiones sobre el origen de la imagen. Una la sitúa en Ocotlán, Jalisco, donde la devoción a Santiago Apóstol fue desplazada por la del Señor de la Misericordia tras el terremoto de 1847. Otra versión menciona al Fr. Juan de Abadía, quien mandó hacer una imagen del santo en España. La imagen, hecha de madera ligera y decorada con telas finas y un casco de plata, es venerada actualmente en su Santuario, en el barrio del Pedregal.
El tlahualil, un personaje central en las fiestas, ha evolucionado de representar batallas históricas a convertirse en un símbolo de la ciudad. Sus trajes y máscaras, que pueden medir hasta 2.2 m, son coloridos y detallados, con elementos como loscarrutos, que producen un sonido peculiar. Inicialmente, los tlahualiles se vestían de manera independiente, pero con el tiempo se formaron grupos organizados, con trajes uniformes y muy elaborados.
Este año, la Misa de Función fue presidida por Mons. Javier Navarro Rodríguez, quien destacó la importancia de la fraternidad y la vida en comunidad. Durante las festividades, los días más destacados fueron el 28 y 30 de julio y el 2 y 4 de agosto, siendo este último el culminante. El 4 de agosto, similar al 25 de julio, se celebró una misa, antes de que la imagen de Santiago Apóstol recorriera gran parte de la ciudad, acompañada por la quema de miles de cohetones en las famosas ristras, especialmente en la Colonia Forestal, la Limonera y el campo Olimpia. El recorrido culminó al amanecer del 5 de agosto.
Las fiestas en honor a Santiago Apóstol en Sahuayo son un testimonio vivo de la fe y la tradición que perduran a través de las generaciones, destacando el Año de la Oración, convocado por el Papa Francisco. Más allá de la devoción religiosa, estas festividades representan un momento de unión y celebración comunitaria, donde la historia, la cultura y la identidad de Sahuayo se entrelazan. En un mundo cada vez más globalizado, mantener vivas estas tradiciones es esencial para preservar el sentido de pertenencia y la riqueza cultural de la región. Que estas fiestas sigan siendo un faro de esperanza y fraternidad para las generaciones venideras.
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