Por: Ing. Santiago Manzo Gómez.
El pasado sábado 3 de febrero, Cotija de la Paz fue el punto de encuentro de una gran cantidad de peregrinos provenientes de diferentes lugares de la región, así como de distintas latitudes de México. La misión era recorrer el camino que hace 96 años hizo san José Sánchez del Río, desde que fue capturado en Cotija hasta su traslado a Sahuayo, donde pasaría sus últimos 3 días previos a su martirio.
Los miles de peregrinos reunidos comenzaron a conformar una gran columna que se desplazó por el centro hasta llegar a la plaza cívica, donde escuchamos las palabras de bienvenida por parte del Vicario Parroquial, la meditación, indicaciones y una pequeña reseña histórica del lugar, que resonaron desde la torre de la Parroquia de Nuestra Señora del Pópolo.
Una vez llegado el momento, el Pbro. Rogelio Pérez Onofre, asesor y guía de esta caminata, impartió la bendición a los presentes, que con júbilo clamaron el solemne grito de “Viva Cristo Rey”, seguido por el lema “Con Joselito en el corazón, caminantes con devoción”. Así dio inicio esta gran caminata de la fe, justo desde el lugar donde estuvo la prisión del joven mártir, hoy la actual casa de la Cultura de Cotija.
Durante el trayecto se visitaron algunas comunidades, entre ellas “El Flechero”, donde se entronizó una imagen de san José Sánchez del Río, donada por el grupo de caminantes, en la capilla de Nuestra Señora de Fátima. Posteriormente, llegamos a “La Atarjea”, desde donde las miradas de los presentes pudieron contemplar la gran inclinación de la pendiente del imponente cerro de Cotija, que esperaba el ascenso de los caminantes, y así comenzó la subida de la blanca e interminable fila de peregrinos que se delineaba por el cerro.
Después de un buen rato de acenso, llegamos a la comunidad de “La Lagunita”, municipio de Jiquilpan; ahí se cumplieron los 15 km y las 7 horas del primer día de caminata; nos reunimos con los integrantes de la XVI Cabalgata, dirigida por el Pbro. José Cruz, Párroco de Vista Hermosa. Una vez juntos, caminantes y cabalgantes comenzamos a levantar las casas de campaña, compartimos los alimentos y nos dispusimos a participar en la santa Misa y la hora santa, para después descansar.
A las primeras horas de la madrugada del domingo, las alarmas sonaron y con ellas comenzaron las primeras actividades del día: un caminar de 3 horas, para arribar al bosque de Jiquilpan, donde las filas engrosaron más, avanzando por las principales calles. La meta estaba más cerca, y los cansados pasos avanzaban con firme devoción; así, al llegar a Sahuayo, resonaron las ristras de cohetones y al bordo de la comunidad de La Yerbabuena y el parque lineal, las personas aplaudían alegremente y salían de sus hogares para recibir con agua y alimentos a los peregrinos.
Una vez que arribamos al centro de Sahuayo, pasamos por la Parroquia de Santiago Apóstol, donde hicimos un signo de reconocimiento; ahí recibimos la bienvenida de parte del Sr. Cura Armando Flores Navarro, quien desde la puerta principal rociaba sobre nosotros el agua bendita.
El último trayecto fue la subida al Santuario de San Joselito; el acenso fue intenso; el cansancio se hizo presente, después de haber recorrido 40 km, pero al final todo quedó cumplido al estar de rodillas dentro del templo, dar gracias por los favores recibidos y pedir lo que necesitamos, sobre todo para agradecer el haber llegado con bien.
Fueron más de 5000 los peregrinos que formamos parte de la Caminata en honor a San José Sánchez del Río “Cotija-Jiquilpan-Sahuayo 2024”, y cerca de mil los jinetes que participaron en la gran cabalgata.
La celebración de la santa Misa fue el momento culmen, presidida por el P. Rogelio Pérez y concelebrada por sacerdotes estudiantes de la Universidad Pontificia de México, provenientes de varias partes del país, que estuvieron ofreciendo la Confesión a los caminantes, durante todo el trayecto, acompañados por seminaristas de la misma Universidad, así como por integrantes del Seminario de Xochimilco y del Seminario Menor de nuestra Diócesis de Zamora.
Agradecemos a todos los que formaron parte de esta gran caminata-peregrinación de fe, y esperamos encontrarnos una vez más en la edición 2025.
“Con Joselito en el corazón, caminantes con devoción”.
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