Catequistas sembradores de esperanza
Iniciamos un nuevo año pastoral, la Palabra de Dios en San Lucas nos invitaba a que le dijéramos a Jesús en el camino a Emaús “Quédate con nosotros”, una invitación que cerraba la celebración de la reunión Diocesana de Catequistas en septiembre pasado. Nos quedamos con la experiencia viva del resucitado que nos hizo arder en el corazón mientras nos hablaba y acompañaba.
Ahora, continuando con este signo de fe del resucitado, decidimos para este 2025 la esperanza cierta del Sembrador, que siembra la semilla en el campo basto del mundo, unas cayendo en el camino sin esperanza porque el mal arrebata la Palabra escuchada; otras cayendo en tierra con poca profundidad y sin consistencia, es decir, no perseveran en la Palabra viva del Señor; otras cayendo entre abrojos o espinos, donde los problemas, angustias y persecuciones de este mundo terminan ahogándola, y finalmente las que caen en tierra buena, que son aquellas que estando en el campo del Reino, luchan perseverando para dar fruto, unas 30, otras, 60 y otras el 100 por uno. El que tenga que oír, que escuche.
Este año, nos anima elegir el texto de la parábola del Sembrador del evangelista San Marcos, para las catequistas de nuestra diócesis de Zamora, porque el Señor no deja de sembrar y arrojar la semilla en el corazón de los catequistas discípulos que, como su Maestro, siembran la Palabra en los niños, adolescentes jóvenes y adultos. Nos anima la Esperanza, que como virtud teologal anima nuestra vida cristiana para el anuncio del evangelio de la vida, pero que nace del encuentro con la Persona de Jesucristo. El Jubileo de la Esperanza que inicia en el mes de diciembre en toda la Iglesia, sea para nuestra diócesis de Zamora un motivo de alegría para transformar nuestras comunidades y predicar a Cristo, porque si no predicamos a Cristo vivo y resucitado, vana es nuestra esperanza.
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