Por: José Francisco Amezcua

Con alegría y esperanza, la comunidad parroquial de San Francisco de Asís en Jiquilpan, recibió al Pbro. Luis Higareda Esquivel como su nuevo párroco, en una celebración cargada de fraternidad.

La Parroquia de San Francisco es una de las más antiguas de nuestra Diócesis. Fundado el convento en 1539, por los franciscanos, fue elevada a parroquia en 1570, dentro de la entonces Diócesis de Michoacán, y desde 1863 forma parte de la Diócesis de Zamora. A lo largo de los siglos, ha sido cuna de numerosas vocaciones sacerdotales, religiosas y figuras destacadas en la vida cultural y social del país, como el Obispo Don Armando Álvarez Cano, el humanista Diego José Abad, el poeta Ramón Martínez Ocaranza y los benefactores Gabino Ortiz y Juana de la Parra.

Entre sus pastores han figurado nombres ilustres como los PP. Pascual Bayllac, Antonio Béjar, Alejo Carranza, Ignacio Silva, Alfonso Verduzco, José Luis Calderón, José Luis Villaseñor y ahora, desde el 6 de junio del 2025, se suma a esta lista el Pbro. Luis Higareda Esquivel.

Originario de La Estanzuela, municipio de Ixtlán, el Padre Luis nació el 20 de marzo de 1961. Es el sexto hijo del matrimonio formado por los señores Francisco Higareda y Consuelo Esquivel, ambos ya fallecidos. Fue ordenado sacerdote el 24 de octubre de 1987 por Mons. José Esaúl Robles, y desde entonces ha servido en diversas comunidades: el Seminario Diocesano, Yurécuaro, Sahuayo, Los Reyes, cómo párroco en la Divina Providencia, en Sahuayo, Chilchota y en el Seminario Mayor como Vicerrector en los últimos años.

La misa de toma de posesión fue presidida por Mons. Francisco Figueroa Cervantes, acompañado por varios sacerdotes, seminaristas, familiares, amigos y fieles de distintas comunidades. El P. Jesús Esquivel dio lectura al nombramiento emitido por Mons. Javier Navarro Rodríguez, Obispo de Zamora.

Durante su homilía, Mons. Figueroa ofreció una profunda reflexión sobre el sentido de la Pascua, afirmando que “el sabor pascual es el espíritu que se queda en el corazón; es la presencia de Él entre nosotros, y es un don de Cristo resucitado”. Subrayó que “la Pascua no es un acto de poder”, sino una manifestación del amor divino que, aunque el mal y el pecado nos afecten, no puede ser vencido. “El amor de Dios, cuando estamos en Él, lo supera todo”, afirmó con convicción. También destacó el testimonio de Pedro como ejemplo de esperanza: “Pedro es testigo de que nuestros errores no son el fin de la historia”, recordando que la vida cristiana debe vivirse plenamente en el amor. En este contexto, señaló que “la llegada de un nuevo párroco es el amor que nos ayuda a superarnos y a dar sentido a la vida eclesial”, y añadió: “Si no se entiende el amor, no estamos listos para acompañar”. Finalmente, encomendó al Espíritu Santo el nuevo ministerio del Padre Higareda, invitando a la comunidad a caminar unida en la fe y el servicio.

Deseamos al Sr. Cura Luis Higareda, ¡un ministerio fecundo y lleno de gracia en Cristo!