Por: José Antonio Villanueva Ch.
En Uruapan, precisamente en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, cada año, el 12 de octubre, se lleva a cabo una gran fiesta con la que se celebra un aniversario más de la Coronación Pontificia de la Morenita del Tepeyac, acontecimiento importante que ocurrió en 1895, cuando no solamente fue proclamada Reina de México, sino Emperatriz de América.
Como en otras ocasiones, la celebración 2024 transcurrió en medio de un sin número de muestras de cariño, ofrendas florales, música y cohetones. Para la festividad, los fieles de la parroquia, principalmente un grupo de ministros laicos y agentes de pastoral, asesorados por el párroco del lugar y el sacerdote vicario, organizaron los preparativos para el 129 aniversario de la coronación de Nuestra Señora de Guadalupe.
Entre las principales actividades, el día de la fiesta, a las 3 de la tarde, se realizó una solemne procesión por las principales calles de la ciudad, comúnmente llamada en Uruapan la “peregrinación ”, encabezada por la imagen peregrina de la Virgen de Guadalupe, en la cual participaron jóvenes y adultos de las diferentes capillas, grupos y movimientos apostólicos de la parroquia; el recorrido comenzó en el centro de la ciudad y culminó en el santuario-templo parroquial; al evento se unieron familias, ciclistas, empresas e instituciones como la Universidad Don Vasco, con carros alegóricos, ofrendas florales y coronas, que fueron depositadas a los pies de la Reina de México.
Finalmente, la solemne misa de función se llevó a cabo a las 6 de la tarde, presidida por el Sr. Cura Sergio Alejandro Arroyo Rodríguez, acompañado por el vicario parroquial, el Pbro. David Rafael Montufar Pulido, quien en la homilía resaltó la figura de la Guadalupana en la evangelización de las tierras mexicanas.
Durante todo el día, la Santísima Virgen fue visitada, como en otras ocasiones, y aclamada con vivas y súplicas, oraciones y el rezo del santo Rosario, para culminar con la quema de un castillo, en medio una gran kermés instalada a las afueras del templo parroquial, a cargo de los grupos y movimientos parroquiales.
¡Santa María de Guadalupe, esperanza nuestra, salva nuestra patria y aumenta nuestra fe!
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