Por: Pbro: Francisco Martínez
Del área geográfica que actualmente ocupa la Diócesis de Zamora, más de la mitad es territorio p’urhépecha. Sin ambages, puedo sostener que lo más acendrado de su religiosidad se halla acá, en la Meseta. No obstante, desde su fundación el 26 de febrero de 1863, también puedo sostener que, contrario al Concilio Tercero Provincial Mexicano (1585), en las comunidades serranas no sólo no se les anuncia el Evangelio en su idioma, sino que nuestra Diócesis aún no produce una Biblia en p’urhépecha.
Desde luego, porque implica un cambio de estructuras de superficie: palabras, frases, cláusulas, oraciones… no es fácil. Sobre todo, cuando de la Sagrada Escritura se trata, porque una traducción, si buena, ha de reemplazar la forma de la lengua de origen por la de la lengua de recepción. Lo que exige hacerlo sin distorsiones del significado. De ahí la vía de la estructura semántica.
Por fortuna y con la anuencia de nuestro Obispo, hace años que, teniendo en cuenta esa necesidad y tomando en consideración el contexto cultural, a más de rehuir, por poco natural, la literalidad, hemos podido presentar a consideración de la Iglesia y de las comunidades: Témbeni tsimani Uandajtsïjpiriticha = Doce Profetas Menores, Mimixikuaeri Karakata = Libros Sapienciales y Pirentsïkua Karakata = Libros Poéticos.
Con un reto: emplear las formas idiomáticas características y naturales del idioma p’urhépecha, de modo que el lector nativo obtenga el mismo significado y la misma dinámica de la lengua original. Lo que aún no se logra. Con todo, hay avances. Tomemos, por ejemplo, Mt 26,27b: “tomen y coman, esto es mi cuerpo”. Lathrop traduce: “p’i je ka aia je, jimboka i jindëska juchïti kuerpu”. Años más tarde, el Equipo Eclesial: “jupika je ia ka aia je iáminduecha i jindesti juchiti k’uiripita”. En tanto, SBU: “jupika je ka aia je, i jucheti k’uiripekuesti”. Pero, ya que Cristo se está ofrendando de manera total, ¿no sería más idiomático: “júpikurhri ka aué iáminduicha, íesti juchí k’uiripikua”? En tanto, con gusto comunico que, en pos de saldar esa deuda histórica, EDICIONES PALENQUE está por ofrendar: Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) y Libros Históricos (Jueces, Samuel y Reyes)…
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