Por: Dra. Beatriz Prado Álvarez
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno grave del estado de ánimo. Puede afectar la manera como se siente, actúa y piensa. Es un problema frecuente en las personas mayores, pero la depresión clínica no es una parte normal del envejecimiento. De hecho, los estudios muestran que la mayoría de las personas mayores se sienten satisfechas con su vida, a pesar de tener más enfermedades o problemas físicos que los más jóvenes. Sin embargo, si ha tenido depresión de más joven, es más probable que tenga depresión como adulto mayor.
La depresión es un trastorno grave y hay tratamientos disponibles para ayudar. No es necesario que sufra. El asesoramiento, los medicamentos u otras formas de tratamiento le pueden ayudar a mejorar. Hable con su médico si cree que podría tener depresión.
Hay varios tipos de depresión que las personas mayores pueden tener:
- Trastorno depresivo mayor: incluye síntomas que duran al menos dos semanas y que pueden interferir con la capacidad de la persona para realizar las tareas diarias.
- Trastorno depresivo persistente (distimia): un estado de ánimo depresivo que dura más de dos años, pero la persona posiblemente aún pueda realizar las tareas diarias, a diferencia de las personas con trastorno depresivo mayor.
- Trastorno depresivo inducido por sustancias o medicamentos: depresión relacionada con el consumo de sustancias, como alcohol o analgésicos.
- Trastorno depresivo debido a una afección médica: depresión relacionada con una enfermedad separada, como una enfermedad cardíaca o esclerosis múltiple.
Otras formas de depresión incluyen la depresión psicótica, la depresión posmenopáusica y el trastorno afectivo estacional.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la depresión?
Hay muchas cosas que pueden ser factores de riesgo de depresión. Para algunas personas, los cambios en el cerebro pueden afectar el estado de ánimo y provocar depresión. Otras personas pueden tener depresión después de un acontecimiento importante en la vida, como un diagnóstico médico o la muerte de un ser querido. A veces, las personas sometidas a mucho estrés, especialmente las que cuidan a sus seres queridos con una enfermedad o discapacidad grave, pueden sentirse deprimidas. Otras pueden deprimirse sin una razón aparente.
Las investigaciones han demostrado que los siguientes factores están relacionados con el riesgo de depresión, pero no necesariamente la causan: afecciones médicas, como un accidente cerebrovascular o cáncer; genes, las personas con antecedentes familiares de depresión pueden tener un mayor riesgo; estrés, incluido el estrés de cuidar a una persona enferma; problemas para dormir; aislamiento social y soledad; falta de ejercicio o actividad física; limitaciones funcionales que dificultan la participación en las actividades de la vida diaria; adicción o alcoholismo, incluyendo el trastorno depresivo inducido por sustancias.
El aislamiento social y la depresión en las personas mayores es otro factor de riesgo. Todos necesitamos conexiones sociales para sobrevivir y prosperar, pero a medida que las personas envejecen, a menudo pasan más tiempo a solas. Los estudios muestran que la soledad y el aislamiento social están asociados con tasas más altas de depresión.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la depresión?
¿Cómo sabe si usted o su ser querido tienen depresión? ¿La depresión se ve diferente a medida que se envejece? La depresión en los adultos mayores puede ser difícil de reconocer porque las personas mayores pueden tener síntomas diferentes que las personas más jóvenes. Para algunas personas mayores con depresión, la tristeza no es su síntoma principal. En cambio, podrían estar sintiéndose más aturdidos o podrían tener menos interés en las actividades. También es posible que no estén tan dispuestos a hablar sobre sus sentimientos.
La siguiente es una lista de síntomas frecuentes. Aun así, debido a que las personas tienen síntomas diferentes, puede haber algunos que no se hayan incluido: estado de ánimo persistente de tristeza, ansiedad o «vacío»; sentimientos de desesperanza, culpabilidad, inutilidad o impotencia; irritabilidad, inquietud o dificultad para quedarse quieto; pérdida de interés en actividades que alguna vez fueron placenteras; disminución de energía o fatiga: mayor lentitud al moverse o hablar; dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones; problemas para dormir, despertarse demasiado temprano en la mañana o quedarse dormido; aumento o pérdida de peso no planificados que generalmente acompaña el comer mayor o menor cantidad de lo habitual; pensamientos de muerte o suicidio, o intentos de suicidio.
Si tiene varios de estos signos y síntomas y duran más de dos semanas, hable con su médico. Podrían ser signos de depresión u otro problema de salud. No ignore las señales de advertencia. Si no se trata, la depresión grave puede terminar en muerte por suicidio. Las investigaciones han demostrado que intervenir durante las consultas de atención primaria (con su médico general) es muy eficaz para reducir el suicidio en el futuro. Si el enfermo es un familiar o amigo, busque señales. Escuche con atención si alguien de cualquier edad dice que se siente deprimido, triste o vacío durante largos períodos de tiempo. Es posible que esa persona realmente esté pidiendo ayuda. Conozca las señales de advertencia, usted puede salvar una vida.
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