Por: José Francisco Amezcua
La toma de posesión canónica de una parroquia es un evento formal y litúrgico en el que un sacerdote asume oficialmente sus responsabilidades como párroco. Este proceso implica varios pasos clave:
- Nombramiento oficial: Se da lectura al nombramiento oficial del nuevo párroco, que lo constituye como tal y como apoderado legal.
- Profesión de fe y juramento de fidelidad, por el nuevo párroco.
- Misa de Toma de Posesión: el Obispo de la Diócesis preside la santa Misa de Toma de Posesión. Durante la homilía, el Obispo puede dar un mensaje a la comunidad parroquial y al nuevo párroco.
- Tareas del nuevo párroco: la responsabilidad de llevar al cabo las actividades propias de un párroco, entre ellas la cura pastoral de la comunidad que le está encomendada, así como el cuidado de la vida cristiana. Las 3 principales tareas de un pastor, son: santificar, enseñar y gobernar.
El pasado viernes 9 de febrero, El P. Jesús Reyes tomó posesión de su nueva encomienda pastoral: Santa María de Guadalupe, en Jiquilpan, acompañado de familiares y amigos, así como de compañeros sacerdotes y de la comunidad parroquial jiquilpense.
La celebración eucarística fue presidida por Mons. Francisco Figueroa Cervantes, Obispo Auxiliar de Zamora, quien saludó a los sacerdotes de la foranía Jiquilpan, que en su gran mayoría estaban presentes, así como a la feligresía.
Mons. Francisco destacó la importancia del sentido del oído: “Oír es muy importante”, ya que la fe no entra por los ojos; la fe se suscita en el corazón de las personas, a través de los oídos, ya que con ellos escuchamos la Buena Noticia de Jesús, que entra en el corazón, se profundiza y se proclama con alegría: “Jesús vino a quitarnos la sordera”, enfatizando que Jesús nos abre el oído y nos separa de la sordera, ésa a la que lor ruidos impiden escuchar la voz de Dios: su voluntad. La misión de la iglesia y de los sacerdotes, es: continuar y hacer presencia en los pueblos, de Jesús, con gestos y ternura, y tocar las realidades, para ayudar al pueblo de Dios y aligerar sus cargas, para hacer de su vida algo mejor. Destacó que la presencia de un nuevo párroco es motivo de alegría, ya que está en medio de la comunidad, todos los días, además de que su deber es estar en contacto con su pueblo, siempre, por medio de la celebración de los sacramentos, para llevar una vida digna, desde la vocación a la que todos han sido llamados.
Al término de la Misa, se dio la bienvenida al nuevo párroco, por parte de la comunidad: “Sabemos que viene en nombre de Dios, y nosotros lo recibimos; trabajaremos con usted, para la construcción del Reino, y estamos seguros de que creceremos en fe y en gracia”.
0 comentarios