El 3 de mayo pasado se llevó al cabo la celebración anual en honor al Señor del Perdón, en la que, como es tradición, la venerada imagen con esta advocación sale en hombros de sus fieles, para recorrer y bendecir a la comunidad bajo su patrocinio.
Las fiestas de mayo son un momento especial muy propicio para el encuentro con el Crucificado, ya que convocan a cientos de fieles de la región Ciénega, así como a los hijos ausentes que radican en otros estados de México o en extranjero.
Este año, además de las celebraciones y actos de piedad popular que ya son comúnmente realizados para honrar al Señor, como las peregrinaciones, las cabalgatas, las serenatas y más, se llevó al cabo la preparación por medio de un retiro y la conferencia “Perdón, el camino de la Salvación”, impartida por el P. Edilson Shinozaki SVD y el Lic. Armando Calixto Meza, para los hombres y mujeres que participan directamente en la procesión del 3 de mayo, ya sea cargando el anda, en la valla o en cualquier otra comisión.
Entre las novedades de este año, se realizó el descendimiento de la imagen del Señor del Perdón, de su nicho al trono de fiesta en medio de una celebración eucarística, previa al inicio de la fiesta, el estreno de la nueva iluminación exterior del templo parroquial y la adoración de 40 horas a Jesús Sacramentado.
En este 2023, la fiesta contó con la presencia de nuestros obispos: Mons. Francisco Figueroa, Auxiliar, quien confirió el sacramento de la Confirmación, el 2 de mayo, y Mons. Javier Navarro, Titular, quien presidió la Misa principal del 3 de mayo. En este día, por la madrugada, se entonaron las mañanitas al Señor del Perdón, y al medio día se celebró la Misa por los Hijos Ausentes, en la que participaron varios sacerdotes. Por la tarde, se realizó la tan esperada procesión con la imagen del Señor del Perdón, que al grito de vivas y la invocación: “El mero mero es el Señor”, recorrió las calles de Cojumatlán, para llegar al campo de futbol, donde se celebra la Misa de fiesta.
En su homilía, Mons. Javier Navarro destacó que Jesús era un hombre igual a nosotros, menos en el pecado, para librarnos de él: ¡Qué caro le costamos!, recalcó: “Esta bendita imagen a la que Cojumatlán y alrededores tanto venera, no presenta a alguien vestido elegantemente; más bien, a alguien desvestido, desfigurado, al siervo doliente de Isaías”, haciendo referencia a que la imagen del Señor del Perdón representa el alcance del amor de Dios a nosotros. Destacó la participación de los muchachos y muchachas en la peregrinación: “Que esta peregrinación que han hecho sea signo de su caminar en la vida; que no caminen sin rumbo, como quien no sabe de donde salió ni a dónde pretende llegar; que no pierdan energías, yendo tras otras voces que les llaman y les dan falsa felicidad”. Culminó mencionando: Celebramos a Jesús muerto en la cruz, a través del Señor del Perdón, pero no lo celebramos como el derrotado del Viernes Santo: El Señor del Perdón es el Crucificado que anticipo del Domingo de Resurrección y rompió la oscuridad del sepulcro para resucitar y ser garantía de que los que creemos en Él, tendremos vida eterna”. Finalmente, recalcó que el pueblo de Cojumatlán debe distinguirse por sus actitudes de tolerancia, perdón y misericordia; debe ser misericordioso como Él, amando a los demás desde el corazón traspasado del Señor del Perdón.
El Sr. Cura Alejo mencionó que este año, la imagen fue sometida a una limpieza, para darle mantenimiento; también se capacitó a los cargueros, que este año fueron más de 300, para un correcto y debido cuidado, manejo de movimientos y traslado, con la finalidad de seguir preservando esta venerada imagen para las futuras generaciones.
Cabe destacar que este año, la Reunión Diocesana de Jóvenes se realizará en Cojumatlán, el 29 de octubre próximo, y que como regalo y bendición para la juventud diocesana, el Señor del Perdón saldrá nuevamente con ellos a realizar un recorrido por la comunidad y los acompañará en la celebración de una Misa. ¡Jóvenes de la Diócesis, prepárense, porque el Señor del Perdón saldrá a encontrarse con ustedes! Felicidades, Cojumatlán, por tan hermosa fiesta, ¡y que viva el Señor del Perdón!