Por: José Francisco Amezcua

En el Bajío y la Ciénega de nuestra Diócesis, 2 festividades religiosas destacan por su profundo fervor y devoción: la del Santo Cristo Milagroso, en Tanhuato, y la del Señor del Perdón, en Cojumatlán. Ambas celebraciones atraen a cientos de peregrinos de todo el país y más allá, que se congregan para rendir homenaje a las 2 veneradas imágenes de Jesús Crucificado, diferentes en su advocación y simbolismo, pero con un mismo motivo: honrar a Quien fue levantado en la Cruz, para nuestra Salvación.

Fiesta del Santo Cristo Milagroso, en Tanhuato

Desde el 23 de abril y hasta el 3 de mayo, Día de la Santa Cruz en México, Tanhuato se transforma en un epicentro de peregrinación. La imagen del Santo Cristo Milagroso, que se manifestó hace poco más de un siglo, al no ser consumida por el fuego, desciende de su camarín para recorrer las calles de la comunidad. Tanhuato luce adornado con composturas y muy limpio, y se llena de cientos de personas, locales y peregrinos de otras partes del país e incluso del extranjero, que esperan el paso del contingente o caminan junto al Señor.

El repique de campanas anuncia la salida del Santo Cristo de la Parroquia. Colocado en su carro alegórico, sostenido por el Sr. Cura Francisco Humberto Hurtado y flanqueado por otros sacerdotes. Durante el recorrido, las muestras de fe y religiosidad se hacen presentes: danzas, personas que pagan mandas, descalzas o con los ojos vendados, rezos, cantos, vivas y alabanzas al Señor Milagroso.

Al término del recorrido, el Sr. Cura exhortó a la comunidad a celebrar el Jubileo 2025, que debe llevarnos a un encuentro vivo y personal con Cristo, fomentando la caridad. Rememoró al Papa Francisco y su legado de esperanza y vivencia de una fe activa y alegre. Al terminar, impartió la bendición sobre toda la comunidad y sus actividades, con la imagen del Santo Cristo. Enseguida, se celebró una Misa dentro del recinto parroquial, en la que acompañaron al Señor Cura, los PP. Armando Ruiz, Renato Ávalos y Brandon Godínez.

La fiesta continuó durante toda la noche y madrugada del 3 y 4 de mayo, con el arribo de peregrinos venidos de Vista Hermosa y Yurécuaro, que llegan a las plantas del Señor, ofreciendo oraciones y participando en misas y en las diferentes actividades culturales y sociales.

Fiesta del Señor del Perdón, en Cojumatlán

Después de varios días de procesiones y eventos religiosos y populares, los fieles de Cojumatlán y de la ribera del lago de Chapala se disponen para honrar al Señor del Perdón. Esta impresionante imagen roba las miradas, oraciones y súplicas de todos los que acuden a admirarlo.

Como ya es una tradición, los hombres de Cojumatlán, previamente organizados y ordenados, son los responsables de portar en andas al Señor, por las calles de Cojumatlán, mientras las mujeres hacen la valla que da orden y agilidad a dicha manifestación de fe. Los ánimos entre portadores y fieles encienden la devoción de los presentes, al grito de porras y aclamaciones al «mero mero».

Al llegar a la unidad deportiva, el río de personas en pos del Señor del Perdón se convierte en un mar en torno a la Eucaristía, presidida por el Pbro. José de Jesús Sánchez, acompañado en el altar por los PP. Manuel Salas y Luis Fernando Peña. En su homilía, el Padre José de Jesús destaca la devoción del pueblo de Cojumatlán al Señor del Perdón, invitando a los fieles a seguir al Señor con obras espirituales y sacramentales, no sólo a verlo el 3 de mayo, sino ser fieles a lo que el Evangelio de Cristo nos dice.

Al finalizar la celebración, la imagen del Señor del Perdón regresó a su templo parroquial y fue colocada nuevamente en el altar, desde donde el P. Luis Fernando Peña impartió la bendición a toda la comunidad.

Estas festividades son una muestra de fe y devoción, y también la oportunidad de celebrar y preservar las tradiciones y la cultura local. En ellas, las comunidades se unen, los lazos se fortalecen y se crea un sentido de identidad y pertenencia.

Las fiestas del Santo Cristo Milagroso y del Señor del Perdón son eventos religiosos fundamentales para Tanhuato y Cojumatlán, siendo también una parte integral de la vida y la identidad de la gente de ambas comunidades.