
En esta semana acudí al banco, estaba esperando mi turno cuando entró una pareja joven, cada uno cargando a unas bebitas de apenas dos meses de vida. Cuando le pregunté si eran mellizas, con orgullo me dijo que la edad, que habían sido prematuras, pero estaban fuertes y sanas.
Cuento esta anécdota porque el rostro de este padre joven, la forma en que paseaba orgulloso por el banco, hablaba con la pequeña y parecía que deseaba que todos lo viéramos me hizo pensar por un rato en las formas de ser papás.
Mi experiencia familiar es de un abuelo muy presente, proveedor y cuidadoso de que estuvieran satisfechas las necesidades materiales de sus hijos, nietos y familiares cercanos, gustaba de ver reunida a la familia en torno de una mesa y con la música siempre presente en estos momentos, como buen patriarca buscaba siempre tomar las decisiones, todas buscando el bienestar de todos. Me supe siempre protegida por él.
Mi papá también siempre presente, recuerdo muchas noches en la que de niños él, siempre vigilante, cuidaba que estuviéramos bien abrigado para tener sueños tranquilos, muy cercano, jugando casi cualquier deporte con sus 5 hijos, procurando enseñarnos todo lo que había aprendido, detallista y muy generoso.
Para mí siempre fue un placer platicar por horas con él, conocedor de la historia, la filosofía y temas religiosos, pero también pude disfrutar como espectadora el box y futbol con él. Siempre lo sentí cercano, cuidadoso, preocupado por nuestro bienestar en todo sentido.
Por lo tanto, papá para mi significa cercanía, cuidado, protección, fortaleza, guía, un lugar seguro, alguien ocupado en mi bienestar, y el sabio respaldo de quien lo sabe casi todo. El gran árbol que nos protege.
Mi experiencia como docente por ya más de 40 años me ha permitido darme cuenta del privilegio de contar con un papá así. He visto desde la ausencia total de esta figura, hasta el papá que tiene orden de restricción para no acercarse a los hijos porque les significan un peligro.
¡Tener terror ante la cercanía de un papá!
Las formas de ser papá hoy van desde la cercanía y cuidado con los hijos, hasta la negación total de esta función.
Es innegable la importancia de esta figura en nuestra vida, por eso, me emociona ver cómo los varones son capaces de decir ahora: ¡Estamos embarazados! o cargar con orgullo, pasearse orondos en espacios públicos con sus pequeños.
Vaya pues en este día un saludo especial para quienes son capaces de vivir esa bella experiencia de acompañar desde la espera, el nacimiento y toda la vida, a quienes Papá Dios les confió como hijos. Pero también felicidades a quienes, por conflictos de pareja, se les niega el derecho a ejercer esa paternidad.
¡Gracias Don Eme, Don Luis, Don Tacho por saber ser papás!
¡Felicidades a todos los papás!
Por: Lolis Padilla Hernández
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