Platón tenía unos treinta años cuando asistió al proceso en que fue juzgado Sócrates. A Platón le debemos la narración de este famoso proceso, titulado “Apología de Sócrates”. Platón era un sobrenombre, que significa “el largo”, probablemente puesto a causa de su fuerte constitución física, que le permitió ser campeón olímpico en lucha. Siguió como discípulo de Sócrates por diez años.
Sintió un gran choque cuando vio a un hombre anciano y flaco que era sentenciado a muerte injustamente. Gracias a Sócrates, Platón comprendió que debía existir en el mundo una exigencia fundamental de verdad y justicia. A esto iba a dedicar la parte que le quedaba de vida.
Platón vio condenado a muerte con toda legalidad, a un hombre que encarnaba la reocupación por el bien y la resistencia a los tiramos. ¿Dónde estaba el nucleo de la democracia ateniense que podía asesinar legalmente al más puro de los filósofos? ¿Qué se debida procurar para impedir que fuera posible tal asesinato?
Estas cuestiones ocuparon durante medio siglo a Platón, que escribió en forma de diálogo. Estos Diálogos que constan de algunos miles de páginas, es la obra fundadora del pensamiento occidental. Platón definirá las reglas del juego filosófico. Fundó las reglas con las cuales hay que pensar y decidir. Escribió de lógica, ética, política y metafísica, que serán las bases sobre las que se desarrollará todo el pensamiento occidental.
En sus Diálogos pone a platicar a Sócrates con sus alumnos y con toda clase de gente. Discute sobre los distintos problemas básicos de cómo vivir, es decir, cómo pensar. Sus temas son sobre el coraje, amor, belleza, educación, justicia… Debajo de todo, está la búsqueda por la verdad y su puesta en obra.
Las obras de Platón son bellas. Su estilo es brillante y sencillo. El Banquete es una vertiginosa meditación sobre el amor y sus distintas facetas. En Fedro, expone su teoría sobre el alma y sus pasiones. Al mismo tiempo, incluye un viaje a la imaginación. En todas sus obras, Platón invita a pensar por sí mismo. El único libro que redacto él mismo, fue Los Diálogos. En este libro los personajes y alumnos expresan y sostienen posturas opuestas. A menudo no hay conclusión. Deja a los lectores que la hagan. Así seguimos tratando de responder varias peguntas que nos dejó entreveradas en sus Diálogos.
Raúl Duarte Castillo
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